
Con Jesús durante el día
Abrir el corazón. ¿Qué has hecho por Dios? ¿Has dejado que la acción creadora habite en ti? ¿Has sentido algún llamado? ¿Movimiento interno? Abriendo tu corazón tal vez puedas sentir mejor a Dios, desde lo pequeño, lo sencillo; es más, desde las mismas personas que te rodean pues Él se vale de ellas para hablarte. No es fácil, pero salir de sí empieza con los pequeños gestos. “”Puedo decir que los gozos más bellos y espontáneos que he visto en mi vida son los de personas muy pobres que tienen poco a qué aferrarse”” (Papa Francisco).
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