¡Si quieres, puedes limpiarme!

Jesús se compadeció de él, y extendiendo la mano, lo tocó y le dijo: "¡Sí quiero: sana!" Vengan, y puestos de rodillas, adoremos y bendigamos al Señor, que nos hizo, pues Él es nuestro Dios y nosotros, su pueblo; Él es nuestro pastor y nosotros, sus ovejas.
Senhor se queres pode limpar a visão do meu pai. Amém